Como Muchos saben, los callos o durezas en los pies pueden surgir por diferentes cuestiones: hereditarias, retención de líquido o por caminar por demás con calzado incómodo.
Mayoritariamente los callos son una defensa que tiene nuestro organismo. Esto ocasiona que se engruese la piel en esa zona como protección natural del cuerpo.
Mayoritariamente los callos son una defensa que tiene nuestro organismo. Esto ocasiona que se engruese la piel en esa zona como protección natural del cuerpo.
Algunas recetas caseras para quitar callos o durezas de los pies.
- Usando la piedra pómez
Puedes usar la piedra pómez antes y después de usar alguno de estos tratamientos pues todas estas recetas caseras se combinan a la perfección con la utilización de la piedra pómez.
Toma con tus manos el pie y coloca la piedra pómez sobre las durezas. Realiza un poco de presión con movimientos circulares hacia un lado y luego hacia el otro. Descasa luego de 5 minutos. Puedes repetirlo hasta 3 veces pero luego descansa tus pies
- Receta casera con papaya cruda
Se ha descubierto que el jugo de papaya debilita la piel gruesa que forman los callos.
Toma una papaya cruda y córtala por la mitad. Aplica sobre la zona con callos y masajea durante unos 10 o 15 minutos.
- Receta casera con limón
El limón es muy usado por sus propiedades anti inflamatorias y desinfectantes. Además la aparición de callos suele, en ciertos casos, oscurecer el tono de la piel en esa zona y para esto el limón es ideal pues también ayuda a que la piel vuelva a su pigmentación habitual.
Toma ½ limón y aplica sobre las durezas durante 8 o 10 minutos con masajes circulares. Puedes hacerlo hasta 2 veces al día.
- Receta casera con bicarbonato de sodio y lavanda
Tanto el bicarbonato como la lavanda ayudan a desinflamar tus pies. De este modo después de este tratamiento los sentirás mucho más frescos y livianos.
Coloca 2 cucharadas de bicarbonato de sodio, 1 ramilla de lavanda seca y 1 cucharada sopera de sal de baño.
Mezcla todos los ingredientes en 2 litros de agua y sumerge tus pies durante 25 o 30 minutos todos los días. Luego enjuaga tus pies con agua fresca. Puedes hacerlo varias veces al día.
